Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
— Paz a vosotros
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
— Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
— Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Palabra del Señor.
Celebramos hoy la fiesta del Espíritu Santo, Pentecostés.
Que Espíritu de Dios nos de la fuerza para vivir cada día, que nos ayuda a aumentar nuestra fe, nos alimenta para que seamos capaces de salir de la oscuridad, tener nuestras mentes abiertas para dejar que Dios vaya actuando en nosotros y en nuestras comunidades para que cada día seamos capaces de ser coherentes con la Palabra de Dios.
Que el Espíritu nos aclare los caminos, nos consuele y llene nuestros corazones de infinito amor para compartir con los hermanos más desfavorecidos.
Qué como Iglesia miremos a los demás de otra forma, estemos cercanos y practiquemos la acogida.
Qué estemos abiertos a la misericordia, el perdón y el amor para poder seguir colaborando en la creación de un mundo más solidario y justo.
¡Feliz semana y dejémonos iluminar por el Espíritu de Dios!