“Un hombre sabio se retiro a la montaña para vivir y practicar el silencio, pero su fama de sabio le precedía y las personas caminaban días y noches, atravesaban caminos difíciles con tal de ver al hombre sabio para que les resolviera los problemas.
Un día harto de tantas visitas decidió dar un papel a cada persona para que escribiese su problema, luego paso un cesto para que lo echasen, lo removió y hizo que cada persona cogiese uno y que lo leyese en voz alta. Todos quedaron boquiabiertos su problema al lado de otros no era tanto problema.
Habían comprendido la lección, se marcharon y prometieron al sabio dejarlo vivir tranquilo y no divulgar donde vivía.