En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed en el Evangelio». Palabra del Señor
Durante 40 días Jesús se retira para vivir en el desierto y allí será tentado, pero él vencerá todas las tentaciones porque en todo momento se ha dejado guiar por el Espíritu de Dios.
Jesús vivió una vida llena de dificultades, pero jamás se apartó del camino que el Espíritu le iba marcando.
También nosotros sufrimos tentaciones a lo largo de nuestra vida, aunque no vivamos aislados, pero muchas veces no somos capaces de vencerlas por desidia y sobre todo porque no tenemos fe en la fuerza del Espíritu de Dios que habita en nosotros.
Vivamos los momentos difíciles con fe y apoyados en Dios, sólo así podremos avanzar y salir fortalecidos.
Qué el Espíritu de Dios nos ayude a vivir plenamente esta Cuaresma 2018.
¡¡Vivamos la Cuaresma con la decisión de salir convertidos!!

Imagén tomada de la red