En aquel tiempo, al ver Jesús al gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos
heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo». Palabra del Señor.
Hoy nos encontramos en el evangelio de San Mateo con las Bienaventuranzas. En ellas se nos invita a buscar la justicia, la paz y la humildad, pero hoy resulta muy difícil esta búsqueda porque la pobreza no es un ideal de vida a seguir; preferimos la ostentación en todos los campos de nuestra vida.
Tampoco nos atrae la dependencia de seguir a Jesús porque nos creemos autosuficientes.
Por todo ello, las bienaventuranzas son un escándalo a para nuestra mentalidad de libertad y autosuficiencia.
Pero las bienaventuranzas no pueden dejar a nadie indiferente porque el proyecto de Dios para el hombre es que todos vivamos felices y con nuestras necesidades cubiertas. Son una denuncia hoy y siempre a una sociedad opulenta que deja en olvido a los más desfavorecidos sin importarles si las necesidades básicas están cubiertas.
Los valores que nos presentan las bienaventuranzas deben interpelarnos a los creyentes y a los no creyentes porque la paz y la convivencia en armonía depende de como nos comportemos con nuestros hermanos.
Los que formamos la Iglesia debemos vivir las bienaventuranzas para hacer creíble la Buena Noticia que Jesús nos trae.
muy bueno gracias por compartir
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Gracias. Un cordial saludo
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