CONVERSIÓN Y ENCUENTRO CON CRISTO
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo». Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis». Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos».
Palabra del Señor
En este segundo domingo de Cuaresma debemos plantearnos volver a creer en el futuro como cristianos, porque ante la duda la Transfiguración de Cristo nos trae la certeza y las fuerzas para seguir evangelizando en un mundo cada vez más alejado de Dios y de la iglesia.
Necesitamos creer, volver a Dios, escuchadlo, está oculto en nuestro interior, sólo tenemos que descubrirlo, enamorarnos de nuevo de Él y de su mensaje que nos llega a través de Jesús. Sólo la fe nos hará caminantes de la verdad, saldremos fortalecidos de los fracasos y de la oscuridad que muchas veces se pone ante nuestros ojos, pero, para ello, nos toca crecer en fe, en fidelidad, confianza, en amor y en responsabilidad como seguidores de Cristo Jesús Transfigurado.
Buena Cuaresma a todos
Gracias, que también tengas una hermosa cuaresma y que cada día los «caminantes de la verdad», despierten. Un abrazo
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gracias por comentar. Un abrazo
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