AL CUIDAR LA TIERRA CUIDAMOS A LA HUMANIDAD
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo»
Palabra del Señor

El Evangelio de esta semana también nos pone ante una situación de elección. Es una llamada para quedemos talante misionero a nuestra Vida.
Para que nuestros hermanos se interpelen tenemos que dar un testimonio de vida, teniendo obras concretas por el bien común.
Vivimos en un mundo donde la oscuridad parece que se abre paso cada día, por ello, a nosotros nos toca iluminar y ser sal para que aquellos hermanos alejados se acerquen al Evangelio, lo conozcan, lo amen y decidan participar construyendo un mundo mejor para todos.
Buena semana a todos