Vivir la Fe con sencillez y gratuidad
En aquel tiempo Jesús para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara”». Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor

El Evangelio nos invita a revisar nuestra imagen de Dios, para que podamos interpelarnos sobre la visión que tenemos de nosotros mismos. Vemos que el Padre es misericordioso y con una opción preferencial por los más desvalidos y, nosotros, preferimos lo contrario.
Nos olvidamos de que el Reino de Dios es la búsqueda de la justicia y el bienestar de todos por igual. Si en nuestro día a día colaboramos en construirlo, si buscamos el compromiso de sembrar la semilla del amor, de la justicia y de la paz hemos descubierto el verdadero perfil de Dios y también el nuestro.
Buena semana a todos