NO ESTÁ AQUÍ ¡VIVE! SOMOS TESTIGOS
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno». Palabra del Señor
Juan utiliza la imagen del pastor porque era fácil ver en los entornos rurales. Todos en algún momento de nuestra vida hemos visto al pastor con las ovejas y hemos observado la atención que presta al rebaño para no perder ninguna.
Jesús es nuestro pastor, nosotros debemos aprender a vivir como vivió Jesús, sin mentir, sin ofender ni perjudicar a nadie. Él se dedicó a acoger, defender y ayudar a los más débiles y abandonados de la sociedad. Practicó el amor y la justicia. Esa debe ser nuestra actitud como cristianos.
El Evangelio nos llama a compartir nuestra fe, una fe viva que debe dar testimonio de nuestra forma de vivir y actuar.
Vivimos en una sociedad donde es difícil vivir defendiendo a los más débiles, primero porque cambiará nuestros esquemas, segundo porque nuestra familia, amigos y la sociedad en general no nos comprenderá y quizás nos dejen de lado.
La misión de todo “seguidor” de Jesús es trabajar por una humanidad más justa y solidaria.
Buena semana a todos