Los japoneses son adictos al pescado fresco, pero durante un tiempo sus aguas no tenían muchos peces, por ello los barcos de pesca cada vez eran más grande para poder pescar mar adentro.
Al ir más lejos, tardaban más en regresar y el pescado ya no era realmente fresco, para dar solución al problema, las empresas decidieron poner congeladores en los barcos de pesca para que llegarán lo más fresco posible.
¿Por qué hicieron esto?
Sencillamente porque pensaron que cuando una persona logra alcanzar sus metas, pierde la pasión y ya no se esfuerza tanto, por ello la persona se relaja y pierde el interés.
Pasa lo mismo con quien recibe un premio material o tiene problemas de ansiedad o depresión, se acostumbra a los medicamentos y no busca salir del bache.
Los japoneses resolvieron el problema, de forma sencilla.
Para mantener el sabor y frescura de los peces meten en los botes congeladores los peces y un pequeño tiburón, éste se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero que muy vivos y fresco a las ciudades japonesas.
Los peces no dejan de nadar huyendo del tiburón y así se mantienen vivos.
Por ello, debemos aprender que al alcanzar nuestras metas no hay que dormirse, sino buscar otras para seguir creciendo porque el éxito adormece.
Frase de Ron Hubbard dijo: “Las personas prosperan más cuando hay desafíos en su medio habitual”

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