Hubo una vez un gran incendio en la selva, todos los animales corrieron asustados y temerosos de morir quemados; uno de ellos, un pequeño mono, subió a una palmera para ver desde lo alto como se quemaba la selva, en eso vio como un colibrí pequeñito, volaba con gran premura hasta el lago cercano, llenaba su piquito con agua, una o dos gotas solamente, regresando veloz a derramar el líquido sobre el gran fuego que amenazaba con destruirlo todo.
El monito veía con cuanto afán iba y venía el colibrí derramando gotitas de agua sobre el incendio voraz, de pronto le grito:
– Ehhh, colibrí, no seas tonto, ¿Tú crees que con tu trabajo vas a apagar el fuego?, ¡no podrás lograrlo nunca! Acaso no ves que él es más grande que tú?…..
Entonces el Colibrí lo miro fijamente a los ojos y le dijo:
– Mira monito, yo soy muy pequeño y tal vez no logre apagar este fuego, pero te diré una cosa. Yo lo que puedo hacer lo estoy haciendo…pero sobre mi conciencia queda que no me senté a ver como se quemaba la selva sin hacer nada. Me puedes decir, qué estás haciendo tu para ayudar?
Entonces el colibrí regreso a seguir con su tarea.
El monito se sintió incomodo por la lección que le dio, bajó de la palmera y fue corriendo al lago a llenar su boca y sus manos de agua, regresó a la selva y arrojó al fuego el preciado líquido…
Otros animales, al ver lo que hacían, se fueron sumando a la tarea y apagaron el fuego, salvando así su hogar.
Lo importante es el esfuerzo y nuestra actitud: una pequeña acción es más importante que una grande.

Imagen tomada de la red
Hola Muy buena enseñanza y lección para no ser indiferentes con lo que que pasa a nuestro alrededor Un abrazo .
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Muy agradecida por sus palabras y por visitar mi blog. Un abrazo
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