Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío a mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino». Una voz grita en el desierto: «Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos». Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os bautizo con agua, pero ÉL os bautizará con el Espíritu Santo.
Llegamos al segundo domingo de Adviento y el evangelista Marcos nos alienta a vivir la vida nueva y para ello tenemos que prepararnos, quitar todas aquellas cosas que nos alejan de recibir la Buena Nueva.
La Noticia que esperamos nos es algo sin importancia, es recibir a Jesús que debe ser el protagonista de nuestra fe, de nuestra vida, de nuestra comunidad.
La Buena Noticia es que Jesús es el Hijo de Dios, un hijo que al igual que nosotros es humano y que Dios ha querido que sea así para que viva entre nosotros.
Estemos preparados, alertas, vigilantes, con un corazón limpio y acogedor, dispuestos a recibir a quién vendrá a entregarnos su vida para que todos tengamos vida en abundancia.
Feliz Adviento y como María acojamos a nuestro Redentor.
Amén, Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra Paz a los hombres de buena voluntad!!!
Me gustaMe gusta
Gracias por su comentario. Un cordial saludo
Me gustaMe gusta