Está meditación es practicada por los budistas tibetanos, significa «enviar y tomar o dar y recibir » y ayuda a tener la actitud de ponernos en el lugar de las otra persona, tomar y asumir su dolor o sufrimiento, purificarlo y reenviarlo como felicidad y luz.
Es una forma de empatizar con los demás, de ponernos en sus zapatos. Esto sucede porque se transmiten pensamientos positivos, activamos la misericordia y la compasión.
El Dalai Lama la práctica y dice: «Ayude o no a los demás, esta meditación da gran paz mental»
Como se practica, nos fijamos en una persona que esté sufriendo y deseemos ayudar.
Lo primero que debemos hacer estar unos minutos en estado meditativo, centrándonos en la inhalación y en la exhalación, prestando atención a las sensaciones que sentimos, después cuando ya estemos en un estado meditativo al tomar aire nos imaginamos el sufrimiento o dolor de la otra persona, también podemos visualizarlo, pero sin forzar.
Ejercicio de meditación Tonglen:
Al inspirar tomamos el dolor o sufrimiento de la otra persona, vemos cómo entra en nosotros, si lo visualizamos se ve como un humo grisáceo, inspiramos y espiramos y vamos notando o visualizando como se va convirtiendo en una luz brillante. Exhalamos y observamos como ésta luz brillante entra en la persona a la que estamos intentando ayudar, la luz puede ser blanca o de color dorado, observamos como el cuerpo de la persona se llena de felicidad, bienestar, alegría y nosotros a la vez vamos notando lo mismo. Esta meditación es un acto recíproco.
También nos la podemos aplicar a nosotros mismo, es como una fórmula de alquimia. Se activa la compasión y misericordia reciproca, aunque el yo queda siempre en segundo plano.

imagen Buda tomada de la red
.