En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis» Palabra del Señor
Jesús nos habla con una parábola muy sencilla pero también muy clara.
Lo importante no son las palabras, sino los hechos.
Jesús se dirige a los sacerdotes de la época, a los fariseos y doctores de la ley. Son personas que han dicho si a la práctica religiosa, pero la realidad es que no aparecen salvo en momentos muy puntuales.
Esto es aplicable también a nosotros hoy, decimos Si al Señor, nos comprometemos, pero al final dedicamos el tiempo a otras cosas y nos olvidamos del compromiso. Nos llamamos cristianos pero sólo pisamos la Iglesia para el Bautismo, volvemos tiempo después para recibir la Primera Comunión, algunos aparecen para la Confirmación, después vuelven para casarse y se acabó.
Eso no es ir a la viña, eso no es compromiso. Eso es apariencia, tradición o como queremos llamarlo.
Nos comprometemos con la parroquia para compartir y vivir la fe, pero no es un compromiso que sale del corazón, porque empezamos con mucha fuerza, mucha energía y pasados unos meses nos vamos desinflando, perdiendo las ganas y al final ponemos excusas para no acudir.
Reflexionemos cómo es mi compromiso con Dios y con su viña.
apenas esta semana empece a estudia los evangelios, y me parecen muy acertadas las reflexiones que ustedes hacen, porque las llevan al tiempo presente y e permiten cuestionar mi actitud como cristiana.
Tener una comunión personal con Jesús es practicar sus enseñanzas, es ser un verdadero testimonio del amor de Dios.
Gracia por sus enseñanzas.
Me gustaMe gusta
Gracias por su comentario, intento que la reflexión al Evangelio nos interpele en el día a día. Un cordial saludo
Me gustaMe gusta
Intento que las reflexiones nos ayuden a vivir el Evangelio cada día. Un cordial saludo
Me gustaMe gusta