En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»
Palabra del Señor
El Evangelio nos recuerda que no debemos tener miedo a nada, ni a nadie porque Dios está a nuestro lado, es nuestro apoyo en los momentos más difíciles. Este es un evangelio que nos invita al optimismo, a la esperanza, a sabernos amados y siempre protegidos.
Todos tenemos miedos, unos más otros menos. Pero el miedo nunca debe dejarnos inmóvil, desesperanzados, porque el ser humano debe avanzar y tener la seguridad de que nunca le faltarán las fuerzas porque en la adversidad nunca está sólo.
Mal cristiano demostramos ser, si ante los problemas nos hundimos, si buscamos un milagro o que la solución llegará sin más. La actitud debe ser pedir fuerzas, energía, buscar apoyos, ayuda y no dejarse vencer. Si a pesar de ello no vemos solución, o no la hay, sólo nos queda aceptar y vivir lo mejor posible.
Los miedos se presentan de muchas formas, pérdida de nuestra forma de vida por falta de trabajo, por soledad, por enfermedad o muchas otras cuestiones, pero nunca debemos tirar la toalla, sino todo lo contrario ser consecuentes y sobre todo positivos y con esto no me refiero a pensar que en la otra vida estaremos mejor, sino a tratar de vivir aquí y ahora.
A q te refieres con tratar de vivir aquí y ahora. Fueron tus últimas palabras…
Creo entenderlas pero necesito más ampliación..
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Lo que quiero decir con “vivir aquí y ahora” es que tomemos conciencia de que hay que vivir conectados con lo que hacemos, si estoy escribiendo debo centrarme en ello y no pensar en otras cosas, si estoy desayunando pues eso y nada más.
Es difícil porque nuestro pensamiento está en diez mil cosas, vive en el pasado, en el futuro, pero nuestro cuerpo físico está en presente. El pasado ya no existe es un recuerdo, el futuro está por llegar y no sabemos si estaremos en él, entonces que nos queda pues el presente o sea el aquí y ahora.
Si tenemos alguna enfermedad por ejemplo esto genera en nosotros un miedo porque nos acordamos de cuando estábamos sanos y estamos en un balanceo mental: ¿me curaré? ¿me pondré peor?. Ante esto tenemos que aceptar la realidad y tratar de vivir lo mejor posible buscando los medios para ello, pero siempre tomando conciencia de que estamos aquí y no en otro lugar.
Como cristianos tenemos esperanza en la vida futura, pero eso no quita que mientras estemos aquí vivamos sin miedos y disfrutemos del presente que cada día se nos regala.
Espero que haber aclarado su duda. Un cordial saludo
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Pero no es facil para aquel que esta pasando por alguna enfermedad terminal o u otra cosa no es facil , lo digo como cristiano siendo hijo de Dios estube enojado por lo que tube que pasar , queria dejar todo yo que muchas veces dije : Bienaventurado el hombre a quien Dios castiga por lo tanto no menosprecies la correccion del todo poderoso porque el es el que hace la llaga y el la vendara , el hiere y sus manos curan. Su explicacion es clara hermano no tengo el don de interpretar algun mensaje biblico me cuesta mucho me a servido mucho su aporte para predicar siempre rescato un poquito de todas partes y me sirve gracias, Dios le bendiga
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No es fácil para nadie cuando la vida nos trunca nuestros planes, ya sean por enfermedad o por cualquier otro motivo, te lo digo por experiencia.
Discripo en cuanto a la parte que pone usted que Dios castiga, no creo que Dios castigue, tiene tanta misericordia para todos que siempre me lo imagino acogiendo y abrazando.
No me gusta comparar a DIos con nosotros los humanos, pero la humanidad de Jesús, su hijo, me hace pensar que Dios es infinito amor y como cualquier padre o madre quiere lo mejor para sus hijos.
Un cordial saludo, soy mujer y madre de familia
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muy buena y hermosa reflexión, gracias.Muchas bendiciones❤
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Gracias. Un saludo
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