En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre»
Celebramos, hoy domingo, la fiesta del Corpus Christi. Como cada año, en varias ciudades saldrán por sus calles las procesiones el jueves y se llenarán de personas para ver a Jesús Sacramentado, su recorrido será alfombrado de rosas, romero y junco para que por ella pase el Santísimo Sacramento. Pero no podemos quedarnos sólo en la procesión, porque el Santísimo Sacramento aunque sea llevado en custodia de plata u oro lo que nos está recordando es que debemos compartir nuestro pan con los hermanos, que no debemos tirar la comida, la ropa o cualquier otra cosa de primera necesidad cuando hay hermanos nuestros que no tienen donde caerse muertos.
La fiesta del Corpus es la fiesta de la Caridad cristiana por excelencia. Pero la caridad no es dar de lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos y lo que somos. Recordemos que la caridad es una de las tres virtudes teologales de la Iglesia católica.
No podemos decir que amamos a Dios hecho Eucaristía, si no amamos al hermano que tenemos a nuestro lado.
Vivimos una época donde muchas personas siguen buscando otros lugares para poder vivir más dignamente, jóvenes que siguen sin tener su primer empleo o si lo tienen es un empleo precario, padres o madres de familia que por su edad ya no encuentran trabajo y la sociedad les da la espalda, personas mayores que son aparcadas en residencias porque sus hijos no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos, jóvenes y no tan jóvenes que se desviven por el mundo animal pero que no les importa que se mate a un no nacido, personas que por su ideología religiosa o política quieren imponer sus ideas sin importarles quitar las vida a los demás, personas que sufren la homofobia o el desprecio por una parte de la sociedad.
Eso no es amar a Dios, porque quien ama a Dios también ama a su prójimo como a sí mismo.
También hoy celebramos la clausura del curso pastoral parroquial os deseamos a todos buen verano y nos volveremos a ver si Dios quiere después del tiempo estival, en Octubre.
Como siempre, y aunque me tildéis de pesada, por ser quien escribo la hoja parroquial, os recuerdo en nombre de la comunidad parroquial, que Cáritas no cierra en los meses de verano, siempre hay alguien para atender a los más desfavorecidos que en esas fechas llegan a nuestra puerta. “La grandeza de una persona no se mide por lo que tiene, sino por lo que da”
Termino esta reflexión con uno de los cantos eucarísticos que más me gustan.
Proclamemos el reino de la vida,
aclamemos el triunfo del Señor,
celebremos ya todos reunidos
el banquete del Pan y del Amor.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!
Por todos los caminos de la tierra, llegamos a ti.
Cargados de pesares y esperanzas, te buscamos a ti,
Tu mesa es nuestro mundo,
tu pan multiplicaste,
el vino nos alegra el corazón.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!
Sembraste el evangelio en nuestros surcos
florece la Verdad
Madura contra el hombre
el fruto cierto de la fraternidad.
Tu amor y tu justicia rompen toda frontera,
la paz es el fin de la tribulación.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación!
Haremos de esta tierra ya tu casa,
la nueva humanidad.
Unidos los hermanos brindaremos
con tu vino y con tu pan,
Revestidos de gozo cantaremos
la vida que nos ganaste en tu resurrección.
¡Cristo, luz de los pueblos, aleluya!
¡Cristo, luz de los pueblos, pascua y liberación