En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». Entonces el diablo lo lleva a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”». Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían. Palabra del Señor
Comenzamos la Cuaresma 2017 y el evangelista, nos recuerda la tentaciones que vivió Jesús para que todos seamos capaces de tener la fuerza necesaria para no sucumbir y alejarnos del camino que nos aleja de Dios.
Vivimos en un mundo que cambia con una rapidez tremenda, vemos como la tecnología va más rápida que la vida y en muchas ocasiones no hemos aprendido a usar los aparatos que tenemos cuando ya tenemos otros en puerta dispuestos para ser adquiridos..
El entorno en el que vivimos se va tornando cada vez más insolidario, más injusto, porque mientras que unos no damos abasto comprando aquello que quizás no lleguemos a utilizar, otros no tienen lo más básico para poder vivir con dignidad.
Vemos como el poder quiere imponer criterios que deshumanizan, poner muros, cerrar fronteras, cuando aún no hemos derribados los muros interiores que hacen que nuestro corazón sea vanidoso, egoísta e insolidario.
Nosotros atravesaremos el desierto que nos invitará a la reflexión, a la soledad y al silencio y ahí debemos encontrarnos con Dios que habita en cada uno de nosotros, pero no un Dios cualquiera sino el Dios de Jesús, el Dios amor que nos invita a la acogida, a la solidaridad, al compartir, a estar cercanos y con las manos tendidas para ayudarnos unos a otros.
Cambiemos nuestras actitudes negativas por actitudes positivas que nos ayuden a construir el Reino de Dios, reino de amor, justicia y paz. Un reino donde todos tenemos cabida.
¡¡Sean felices y disfruten del domingo día de la familia!!
Bendiciones y feliz tarde de martes.
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Muchas gracias.Un cordial saludo
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Me podría dar un mensaje
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Un cordial saludo
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