En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se present6 a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?» Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere». Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía: «Este es mi hijo, el amado, mi predilecto». Palabra del Señor
Hemos terminado las fiestas navideñas y en este domingo nos encontramos con el Bautismo de Jesús ya adulto.
El Bautismo es un cambio radical en la vida de Jesús, porque a partir de este momento comienza su vida pública.
Tambien nosotros necesitamos ese cambio y comenzar a compartir nuestra vivencia de la palabra de Dios. Muchas veces nuestra fe está vacía y por eso no llega a los hermanos más alejados.
Necesitamos que el evangelio que es vida y vida en abundancia sea vivido y dado a conocer, pero para ello, necesitamos abrir nuestro corazón, llenarnos del amor de Dios y ser iglesia renovada y renovadora para ser luz y paz en la humanidad.
Hoy renovaremos nuestro Bautismo, aquel que un día nuestros padres pidieron por nosotros, es el momento de reflexionar que significa para nosotros estar bautizados y si queremos o no seguir los pasos de Cristo.
¡¡Feliz semana!!