Los cuencos tibetanos son ancestrales instrumentos musicales que se utilizan en rituales en torno a la meditación budista. Generalmente están hechos a base de una aleación de cobre y se tocan al frotarlos circularmente. Se cree que su origen se ubica en una veta chamánica de una cultura pre-budista llamada Bon Po, con sede en los Himalayas.
A lo largo de la historia, al sonido emitido por estos cuencos se le ha atribuido propiedades francamente sanadoras. Por ello son utilizados en múltiples variaciones de sonoroterapia, ya que aparentemente las frecuencias que alcanza ayudan a restablecer un equilibrio en los cuerpos sutiles de nuestro organismo y trabajan activamente, a través de vibraciones, en órganos y huesos. Pero ahora investigadores de la Universidad de Leija, en Bélgica, han estado haciendo pruebas con estos cuencos y, entre otras cosas, lograron descubrir una nueva y espectacular propiedad: las peculiares ondas de sonido que generan estos instrumentos provocan que gotas de agua leviten.
Al agregar agua a los cuencos y frotarlos para que generen sus inigualable sonido, se produce un increíble fenómeno: el frotamiento provoca una deformación microscópica de la superficie del cuenco, misma que provoca una cierta presión en el aire y en el agua. Las ondas en el aire corresponden al sonido y ocasionan que las ondas de agua giren en forma circular. Y si están suficientemente excitadas, éstas se rompen y liberan pequeñas gotas, que eventualmente, en una mística sincronía de variables en las fuerzas naturales en acción, comienzan a levitar (suspenderse momentáneamente en el aire).
Pero tal vez lo más curioso es que este fenómeno físico de alguna manera manifiesta un ejercicio sincrometafórico, ya que la práctica de la meditación tibetana, la cual se acompaña en muchas ocasiones del sonido de estos cuencos, comparte esencialmente la naturaleza de las gotas de agua levitando: ligereza, discreción y elegancia.
Generalmente son fabricados con 7 metales, pero la cantidad de metales utilizados puede variar dependiendo del lugar y religión de origen, se sabe que en las zonas donde el budismo prevalece llegan a contener hasta doce metales que son los más importante en el budismo.
Son muy utilizados en la meditación, porque provocan sonidos únicos y ricos en armonía que son capaces de llevar al cuerpo a un estado de absoluto bienestar y paz. También es conocido por la rama de la Musicoterapia su efecto curativos muy potentes y que a pesar de no estar probado científicamente se utiliza de manera muy frecuente en países como Alemania.
En la Sonoterapia los cuencos también son utilizados juntos con la voz.
Los cuencos cantores se basan en el princio de resonancia, la cual dice que una vibración con mayor intensidad y armonía logra contagiar a otra más difusa y poco saludable. Nos habla de la capacidad que tiene toda vibración de lograr un mayor alcance y que si en su camino pasa por las vibraciones del cuerpo este logra provocar una vibración similar en cada parte del organismo, que se encuentre en su rango específico. En pocas palabras el poder que tiene una frecuencia para modificar a otra frecuencia.
Los sonidos modifican nuestras ondas cerebrales, lo cual ayuda a entrar en niveles de conciencia desconocidas, donde se encuentran los estados de sanación y místicos, ofreciéndonos una mayor receptividad a la auto sanación.
Los cuencos tibetanos también tienen la capacidad armónica los cuales son producidos en todo sonido. Estos armónicos poseen efectos beneficiosos en nuestro ser y sobre nuestro chakras. Es imposible escuchar sonidos y frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo o capacidad, sin embargo mediante los armónicos podemos resonar con ellos.
Por sus beneficios los cuencos son utilizados como método de relajación, meditación y curación.
Uso cuencos tibetanos, me relajan y me ayudan a meditar. Un beso de luz
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Gracias por su comentario. Un cordial saludo
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