Cuando meditamos es normal, como personas pensantes y sintientes que somos, notar en el silencio y quietud las diferentes sensaciones de nuestro cuerpo, así como observar el flujo de nuestros pensamientos.
Al sentir las sensaciones debemos tomar conciencia de ellas, pero no sentir miedo, simplemente observarlas, tomar conciencia de lo que nos está pasando en ese momento y no tratar de modificarlas. A menos que estemos demasiado molestos o sintámos miedo. Entonces es mejor dejar la meditación y volver a empezar en otro momento.
La meditación tiene un fin sanador, cuerpo, mente y espíritu toman lo que necesitan de esos momentos de paz, armonía y equilibrio. En otra entrada anterior explico que la palabra meditación viene de la raiz medicación.
Que nos ocurre mientras meditamos, muy sencillo. Al entrar en contacto con el silencio y la tanquilidad nuestro cuerpo y mente desconectan, aunque la mente no para de enviar mensajes no nos detenemos en ninguno, lo dejamos fluir.
Durante el tiempo que estamos meditando pueden surgir diferentes sensaciones como pueden ser:
- cosquillas
- adormecimiento de miembros
- dolor
- sueño
- lágrimas
- risa
- movimientos involuntarios
- sensacion de calor o frío
- dolor de cabeza
- mareo odesorientación
- dolor articular
- sesanción de levedad
- senación de expansión
- visualización
Todo ello es normal, y no debe causarnos miedo, nuestro cuerpo y mente están liberando tristezas, momentos dolorosos no canalizados debidamente, problemas familiares, pérdidas o situaciones de estrés o ansiedad.
Si persiste mucho y en diferentes meditaciones, podemos consultar con el médico o psicólogo para descartar alguna patología, tambien debemos tener en cuenta si tomamos medicación, pero normalmente es nuestro cuerpo soltándo, liberándose de aquello que lo desequilibra.