El sufrimiento real es inevitable en nuestra vida, pero no lo busques.
¿Pero has caído en la cuenta de que la mayor parte de las veces somos nosotros quienes generamos ese dolor?. Creemos que preocuparnos por cualquier cosa es una muestra de responsabilidad. En realidad esta es una actitud que nos impide avanzar.
Para avanzar tenemos que aprender a valorar las cosas buenas que la vida nos regala y evitar tener pensamientos negativos. Esto nos ayudará vivir plenamente.
En muchas ocasiones tenemos problemas que, al lado de las grandes miserias del mundo, nos pueden parecer ridículas. A pesar de ello, nosotros no dejamos de sufrir.
Seamos sinceros, ¿quién de los que estamos aquí no ha sufrido por algo, que visto con el tiempo, caemos en la cuenta que le dimos una importancia que no tenía?.
Algunas personas deciden no volver a caer en este sufrimiento absurdo, otras en cambio, siguen toda la vida igual.
Las personas que viven en un sufrimiento continuo por cualquier cosa: los hijos, el colegio, el trabajo, la limpieza del hogar, la comunidad de vecinos, la familia, la opinión de los demás, ect. Terminan por enfermarse, porque nunca son felices.
Pero el sufrir de una forma continua nos pasa porque tenemos creencias que son equivocadas:
1º -No podemos sacar nada positivo del sufrimiento.
El sufrimiento va con el ser humano y la vida puede darnos algunos sustos.
Nos encontramos a personas que la vida las ha tratado muy bien, tienen pocos problemas. Otras, que a pesar de la dureza que la vida les ha ido presentando tienen una alegría y un positivismo que irradian felicidad. Estas personas han sabido sacar de lo negativo lo positivo, se han enriquecido y han crecido como personas.
Este es un trabajo que no se hace de un día para otro y, quizás tengamos que buscar ayuda de otras personas.
2º -Para ser mejores personas tenemos que sufrir.
Hoy parece que el sufrir está de moda. Vivir estresados, preocupados, quejándonos por todo, compitiendo, corriendo, queriendo abarcar todo, queremos ser el centro de atención y así nos va.
El sufrimiento no nos hace mejores personas, a menos que sepamos alejarnos y verlo desde otra perspectiva. ¿Cuántas veces ante una persona en continua queja, terminamos por evitarla?
Deberíamos aprender a buscar lo positivo en nuestra vida, quizás nos cueste, pero si miramos bien, seguro que está ahí.
Obsérvate en esta actitud de búsqueda de lo positivo, te encontrarás mejor, y caerás en la cuenta de que como los demás te aprecian mucho más porque vas esparciendo energía positiva por donde quieras que vayas.
3º -Cuando hablamos de nuestros problemas nos aliviamos.
A partir de cierta edad, todos tenemos achaques, ¿quién de nosotros no conoce a personas que están todo el día relatando que enfermedades padecen?.
Hablar en algún momento sobre ellas es un alivio y nos ayuda a consolarnos. Pero nos encontramos con otras que están continuamente comunicando lo mismo, y si observamos puede que la conversación gire sobre lo negativo:
Ej: María me duele la cabeza, esta migraña me tiene todos los días fastidiada.
No te quejes Carla, que yo no puedo con los dolores de estómago que tengo de forma asidua.
Esta especie de diálogo es una forma de buscar afecto y consuelo, pero es una actitud poco positiva.
Porque para que sea positiva, la otra persona tendría que darnos pautas para resolver el problema en cuestión y nosotros tener la capacidad para aceptar esas pautas. De lo contrario lo que estamos haciendo es convertir nuestra queja en un hábito. Y esto es negativo, para nosotros y también para los demás.
Muchas depresiones se originan por este tipo de conducta. Nos encerramos y atraemos todo lo negativo sobre nosotros.
Todos tenemos sufrimientos y es bueno mostrarlo, pero debemos valorar también todo lo positivo que tenemos. Así cuando volvamos la vista atrás observaremos que nuestro sufrimiento fue poco y nuestra salud no se resintió.
Tenemos que dejar de “sufrir por sufrir” porque esto desgata nuestra salud.
Muchas veces lo que buscamos con la queja, el sufrir, es no molestarnos en buscar soluciones, o buscamos que siempre nos estén compadeciendo. Esto nos convierte en personas sufridoras, que poco a poco hará que los demás se alejen poco a poco aunque nos compadezcan, pero están harto de tanto sufrir.
El primer paso para dejar de sufrir es DEJAR DE QUEJARNOS, este gesto es el primer paso para empezar a trabajar en el cambio.
Cuando dejemos de quejarnos, de poner frases negativas en nuestra boca nuestra vida irá cambiando. Recuerda cuando “yo me ayudo, mi vida cambia”.