El diálogo y la comunicación no son fáciles. Para que se dé tenemos que abrirnos, acoger al otro, darnos, saber escuchar.
El buen diálogo cuesta trabajo y esfuerzo y debemos conocerlas dificultades para que se de un buen diálogo.
¿Cuáles son esas dificultades?…
- Temperamento: Tener carácter. Todos somos dados a no abrirnos demasiados a no compartir nuestras vivencias. Nos cerramos. Esta actitud debemos corregirla.
- La educación: Nos influye a la hora de ser más o menos abiertos. Quizás nos han enseñado a ser más reticentes, menos comunicativo. Tenemos que aprender a compartir desde el respeto.
- Diferencias entre hombre y mujer: dos psicologías diferentes, dos formas de pensar. La mujer tiene siempre más necesidad de comunicación que el hombre. Debemos aprender a escuchar por amor.
- La rutina: es uno de las principales obstáculos, sobre todo cuando llevamos un tiempo casados o de pareja. Creemos que ya nos lo hemos dicho todo. No nos abrimos a las nuevas situaciones que la vida nos va ofreciendo. Tenemos que aprender a comunicar todo lo nuevo que vamos descubriendo.
- El ritmo de vida: todo aprisa, corriendo y la comunicación necesita tiempo, espacio. Intentemos no evadir esos momentos de diálogo tranquilo y pausado.
- Miedo a tener que cambiar: No queremos dejarnos influir por los razonamientos de nuestra pareja, estamos a gusto tal como somos, estamos siempre a la defensiva, nos importa poco si algo de nuestra forma de ser al otro no le gusta. Muchas veces tenemos un “diálogo de besugos”, tú hablas yo me defiendo, al final todo sigue igual.
- Los prejuicios: Tenemos encasillado al otro y nos cuesta caer en la cuenta de que el otro no es como yo pienso o quiero. Esta actitud hace mucho daño, al otro tenemos que aceptarlo como es.
- Falta de confianza en nosotros mismos: no nos abrimos por temor a ser heridos, nos creemos incomprendidos. Nuestra autoestima es baja. Deberíamos aprender a conocernos para tener autoestima, a valorarnos para tener confianza en nosotros mismos.
- Intromisión de terceras personas: La pareja, el matrimonio debe estar abierto a compartirse con otros matrimonio, con familiares, pero tiene que saber salvaguardar su intimidad como pareja.
- Falta de sencillez y sinceridad: muchas veces estamos acostumbrados por nuestro carácter o deformación a no comunicar o simplemente damos una imagen que no es la nuestra. Debemos cambiar esta actitud y aprender a ser sencillos y sinceros en nuestra comunicación.
- Desconocimiento de la eficacia del diálogo: es lo más habitual no creemos en él, esto es superable si intentamos hacerlo respetándonos, sabiendo acoger, ponernos en el lugar del otro, practicando la escucha y sobre todo practicándolo de forma habitual.
Dialogar es un arte, tenemos que aprender a saber hablar y escuchar. Quizás el ritmo sea lento, pero poco a poco iremos progresando.