En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-Mirad, vigilad; pues no sabéis cuando es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dió a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuando vendrá el dueño de la casa, si al atardacer, o a madianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad! Palabra del Señor
También se puede utilizar el evangelio según S. Lucas 21,25-28.34-36
Comenzamos con el primer domingo de adviento y también con el nuevo ciclo que será el C.
Hoy el evangelio nos pone en tensión espiritual: velad, vigilad, esperad despiertos, no dormidos. Pero no nos creemos agobios, ni ansiedades, porque lo que nos quiere decir es simplemente que tengamos confianza en Él, que esperemos en Él, porque su amor está por encima de todo.
No tengamos miedo, esperemos con alegría, con esperanza porque Dios llega a nuestra vida en cada momento. Somos seres finitos y por tanto quizás esté llegando ahora mismo a nuestra vida.
El Adviento que hoy comenzamos nos anima a tener el corazón limpio, a ser mejores y más felices porque Dios llega.
A pesar de la problemática que vivimos Dios nunca nos abandona, siempre está ahí y eso es lo que nos recuerda estos domingos de preparación.
Es momento de escuchar y poner en práctica la Palabra, de dejar atrás el peso de los errores y vivir con la tranquilidad de saber que nuestra libertad está muy cercana.
¡Buen Adviento y buena semana!