Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las
redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él. Palabra del Señor
El evangelista Marcos nos anima con el evangelio a seguir avanzando porque el Reino de Dios está cercano y Él busca ayudantes para construir un mundo más humano, más justo, y donde el amor sea el estandarte.
El tiempo de espera ha terminado. Jesús no se queda sentado sino que busca personas para comenzar a caminar juntos, para erradicar todo aquello que esclaviza, y poner en su lugar la Buena Noticia.
Jesús, con su comportamiento en el corto periodo de vida que vivió, nos enseña con su ejemplo un nuevo proyecto de vida, en el que «Dios es presencia viva». Por ello, siempre toma la iniciativa. Él nos llama: «Venid detrás de mi». A nosotros nos toca escuchar y contestar. Pero, para ello, debemos conocerlo, enamorarnos, amarlo e identificarnos con su forma de vivir y hacer las cosas.
Si nuestra respuesta es «Sí», juntos podremos avanzar, cambiar el rumbo y ser testimonios de la Buena Noticia que Jesús nos trae: ¡Dios vive entre nosotros!
Nosotros que nos decimos Iglesia seguidora de Jesús, viviríamos de otra forma si confiáramos en su misericordia y en la fuerza y energia que Él nos aporta.
¡Tengamos buena semana y seamos fieles seguidores de Jesús!