En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?» Él le dijo: «»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.» Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.»
Palabra del Señor
El evangelista hoy nos trae una pregunta que, a pesar de los años que lleva el cristianismo, muchos aún nos hacemos. ¿Cuál es el primer mandamiento. amar a Dios o al prójimo?
Jesús es muy claro en su respuesta. Lo más importante es el amor, y por nuestra forma de actuar parece que amar no es tan fácil, porque decimos continuamente que amamos a Dios, pero al prójimo no le damos ni una propina de amor.
No caemos en la cuenta de que no podemos amar a Dios si no amamos al prójimo y que no podemos amar al prójimo si no nos queremos a nosotros.
Pero el centro de ese amor siempre debe ser Dios, nuestro principio y nuestro fin. A pesar de ello, los cristianos vivimos dando de lado a los hermanos. Asistimos a la Eucaristía, predicamos, oramos, alabamos… Demasiadas palabras pero poco testimonio de fraternidad y misericordia.
¿Qué debemos hacer? Como Iglesia, como cristianos, no olvidar al hermano, no darle la espalda, sino acoger, empatizar y sobre todo amar, porque si observamos, en el mundo, cada vez hay menos amor y más deshumanización.
San Mateo recoge de forma contundente la respuesta de Jesús: Amar a Dios y al prójimo como a tí mismo.
¡¡¡Feliz semana!!!