En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.» Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.» Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.» Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.» Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.» Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» En aquel momento quedó curada su hija.
El evangelista, hoy, nos acerca a través de la mujer cananea a la Fe. Una fe fuerte, confiada, ¿Es así nuestra fe?
Quizá nos sorprenda la respuesta de Jesús: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Los judios solían llamar perro a los paganos pero la mujer no se deja intimidar por estas palabras. Insiste. Su fe es inquebrantable. La mujer está viviendo momentos muy difícles, pero sabe que Él puede salvar a su hija. Desde ese momento, la hija queda curada.
Podemos ponernos nosotros en lugar de la mujer cananea, ¿qué haríamos ante la respuesta de Jesús?
Los cristianos creemos que Jesús es de nuestra propiedad, pero Jesús no es propiedad de nadie. Él ha venido para todos y a todos nos acoge por igual.
Aprendamos de la fe de esta mujer, de su humildad, de su sencillez; pero, sobre todo, de la confianza que puso en el Hijo de Dios.
Como personas, como comunidad, abramos nuestro corazón a tantos hermanos que sufren, a todos aquellos que nos preguntan sobre Dios, a quienes nos interpelan como Iglesia, para que encuentren en nosotros una mano amiga, cercanía y amor. Una comunidad que celebra, vive y comparte su fe y amor.
¡¡¡Feliz semana!!!
quisiera saber a que grupo o comunidad pertenece este taller antes de seguir dando mis comentarios acerca de los evangelios, ya que yo studio varios libros de teologia y creo tener buenas respuestas para cada evangelio, soy catolico, gracias, José.
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Si le preocupa si soy católica, lo soy, vivo y comparto mi fe en mi parroquia La Resurrección del Señor. Por mi email personal le doy más dato sobre el taller.
Lo animo a que comparta sus respuesta si así lo desea, el compartir es enriquecedor para todos. En ningún momento busco discusión, sino el discenimiento personal. Un saludo y gracias José
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Este taller lo realizo a título personal dentro del enclave de la parroquia a la que pertenezco, que es una iglesia católica.
Tengo estudios de teología y sé bien lo que quiero decir cuando lo digo. Lo que no quita que cada persona pueda tener su visión y opinión para las cuales todos somos libres.
Gracias por participar.
Opto finalmente por responder a través de este medio más directo que el e-mail con respecto a los temas de este blog.
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La Fe cristiana consiste ante todo en re-conocer una Presencia que nos habita, nos fundamenta, nos sostiene y nos hacer ser. Y esa Presencia es AMOR gratuito y desinteresado, a fondo perdido. ¿Nos consiste nuestra felicidad en reconocer esa Presencia y en dejarnos iluminar y conducir por su Palabra, que es Jesús de Nazaret y está en su Evangelio?
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Muchas gracias Pepe por enriquecernos con tu respuesta. Un beso
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Agradezco sus orientaciones. Muy utiles para mi trabajo pastoral
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Muchas gracias por su comentario. Un cordial saludo
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