Muchas veces nos dedicamos a guardar cosas que creemos nos servirán en un futuro y tenemos los trasteros a tope.
Guardamos dinero con el ánimo de juntar para el futuro y nos olvidamos de vivir hoy.
Esto también nos ocurre a nosotros, tenemos la manía de guardar el miedo, la tristeza, el odio, el resentimiento y los problemas pasados.
Muchas veces tenemos el pensamiento puesto en el futuro, en las preocupaciones que quizás vengan…
Craso error porque esto genera en nosotros ansiedad, agobio y sólo no ayuda a tener prosperidad, ni salud en nuestra vida.
Es bueno que vivamos cada día con su afán, que dejemos espacio en nuestro interior para que pueda llegar a nuestra vida personas y cosas nuevas.
Dejar atrás lo inútil, lo que no nos hace falta hará que llegue a nosotros aires nuevos.
Tu fuerza interior, tu vivir cada día será lo que atraerá aquello que tu deseas.
La vida es movimiento continuo, alegría, sufrimiento, belleza, fealdad, etc, por eso es bueno tener todo limpio, listo para que circulen nuevos sentimientos, lleguen nuevas oportunidades, nuevas personas.
Estar en movimiento hará que nuestros sentimientos, emociones y sensaciones se vayan regenerando, nos ayudará a ser más libres y no apegados a situaciones y cosas que no nos dejen avanzar.
La actitud de guardar es síntoma de inseguridad, carencia de algo y te estas diciendo a ti mism@ que no confías en ti.
Por todo ello, deja ir lo que te recuerda cosas negativas, limpia tu interior, tu casa, tu trastero, tu vida y deja entrar lo que la vida te ofrece cada día.
Se agradecid@ con Dios por cada día que vives.
Locus serenitatis 