Enderezar lo torcido,
Hacer fluir lo recto.
Reunir agua, fuego y luz.
Traer el mundo a un solo punto.
Si tenemos devoción –fe total y dedicación a nuestro sendero espiritual- nuestra
determinación naturalmente construirá momentum. Se nos presentarán menos y menos
obstáculos. Nuestro sendero se vuelve como uno torcido hecho recto. No importa qué
trate de alejarnos de nuestro propósito, no seremos desalentados.
La adecuada devoción no se halla simplemente en seguir de cabeza un curso. También
requiere fortaleza. Nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestros espíritus deben
estar totalmente concentrados en lo que queremos. Sólo uniendo todos nuestros
elementos internos podemos tener devoción plena.
Si vemos nuestro sendero con claridad y nuestra personalidad está completamente
unificada, no hay distinción entre el mundo externo y el interno. Ya nada es
remoto, nada está no abierto a nosotros. Por eso se dice que el mundo es como un
solo punto: Tan fuerte es la devoción que no hay nada que no sea parte de él.
Libro 365 Meditaciones Tao – Maestro Deng Ming-Dao,