En una fábrica de lápices, el operario que los hacia, cogió un lápiz y antes de meterlo en la caja le dio siete consejos.
-Siempre harás grandes cosas, pero tendrás que dejarte sostener por una mano.
-De vez en cuando sentirás dolor porque te sacarán punta, pero esto será para sacar siempre lo mejor de ti.
-Con tu goma borrarán aquello que crean que está mal escrito o expresado, pero tu tendrás la habilidad de poderlo borrar para que se pueda mejorar.
-Por muy bonito que seas por fuera, la parte más importante, la más maravillosa será tu interior.
-Siempre seguirás escribiendo, harás todo lo mejor que puedas, dejarás huella, marca, grandes escritos que siempre se recordarán.
EL lápiz comprendió lo que le decía el maestro, entró en la caja contento.
Locus serenitatis 