Un día el amor y el querer decidieron tener un diálogo.
El Querer le decía al Amor:
– ¿Por qué eres tan eterno?
Y el Amor con gran paciencia respondió:
– Quizás sea porque no poseo nada.
– ¡Eso es imposible! – exclamo el Querer – posees todas las cosas, como yo, ¿acaso no somos el mismo ser?
– ¿Tú crees? -preguntó el Amor- Entonces dime, ¿qué es lo que tú posees?
– El Querer contestó, poseo al amante que posee al ser amado, al político que posee el poder, al religioso que posee la fe, yo poseo todo aquello que quiero…
Entonces el viejo Amor le dijo:
-Ves, tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo, amo una flor con su tiempo contado y amo al ser que en su vida se asemeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamó.
– ¡¡¡Eso es una QUIMERA!!!
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
– El mundo es una QUIMERA. ¿Qué crees que soy yo?