En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
El evangelio de esta semana no es fácil de interpretar. Muchos verán que el evangelista nos presenta a un Jesús, belicoso, separatista, pero en realidad Jesús lo que hace es dar un zamarreo a nuestro corazón adormilado, despertarnos del letargo en el que nos hemos instalados, ritos y cumplimientos, en lugar de practicar su máxima: «amar al prójimo». Hoy más que nunca se nos llama a alzar nuestra voz contra las injusticias sociales, pero seguimos como si tal cosa, eso sí, mientras no nos toquen a nosotros, entonces estallamos y queremos que todos nos apoyen y se pongan en nuestros zapatos. Tenemos que dejar de mirar nuestro ombligo, de vivir ritos y cumplimientos y empezar a encender el fuego del amor, a trabajar por un mundo más igualitario porque el sistema actual no nos lleva a buen puerto, cada vez la sociedad está más pérdida y hundida.
Es momento de reflexionar, ahondar en la Palabra de Dios y empezar a trabajar por toda la humanidad, ¡qué mejor ejemplo de amor, justicia y caridad! No dejemos para mañana el trabajar por el Reino de Dios, hagámoslo hoy.
Hay ciertas lecturas dificil de ENTENDER…
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Gracias Señor si no fuera por la ayuda del Espiritu Santo no pudieramos entender la aflicion angustia que habia en el corazon del Señor por cumplir con el bautizo con el que el iva a ser bautizado
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Muchas gracias por su comentario
Un cordial saludo
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