Meditación cristiana es confrontar contigo mism@ tu vida a la luz del evangelio.
La meditación, medicina, es pasar de los pensamientos a la realidad, descubrir a través del silencio y la quietud todo aquello que agita el corazón. En la meditación buscamos la verdad para llegar a la Luz, (encuentro personal con el Señor).
Los métodos de meditación son diversos al igual que diversos son los maestros espirituales. Para el cristian@ el maestro es Jesús. En Él tenemos un gran maestro de la contemplación, sin olvidar nunca que es el Hijo de Dios que habita entre nosotros como vemos en los evangelios.
Los cristian@s debemos meditar diariamente, si no, se seremos como los terrenos de los que habla la parábola del sembrador. El método es sólo un guía, lo importante es avanzar.
La meditación cristiana nos ayudará a centrarnos en los misterios de Cristo, como hacemos en la Lectio Divina o en el santo Rosario. También podemos hacerlo como un mantra, repetiremos varias veces: «Ma-ra-na-tha», «Sólo Dios basta», «Mi Dios y Señor», o leer algún pasaje del evangelio y quedarnos repitiendo la palabra que más nos llegue en ese momento.
La practica de la meditación cristiana se hace de la misma forma que el resto de las meditaciones, se puede hacer en nuestro hogar, en el campo o playa, o delante del Sagrario.
Siempre debe ser un lugar tranquilo, donde podamos sentarnos y recogernos en el silencio y la quietud, para que nuestra oración sea un encuentro personal con Dios.