Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una gran cesta llena de frutas a los pies de un árbol y les dijo:
“aquél que llegué primero corriendo ganaría todas las frutas para él”
Cuando dio la señal para que todos salieran corriendo, todos los niños se cogieron de las manos y se pusieron a correr juntos. Después se sentaron en círculo a disfrutar de la cesta de fruta que habían ganado.
El antropólogo les preguntó:
¿Por qué habéis corrido todos juntos cogidos de las manos, si uno de vosotros podría haber ganado todas las frutas?
Y los niños todos a coro, respondieron:
¡¡¡Ubuntu!!! uno de nosotros no puede ser feliz si todos los demás están tristes.
copiado del boletín Misiones salesianas