Una brizna de hierba estaba discutiendo con una hoja que se había desprendido del árbol con la llegada del otoño.
-¡es terrible el ruido que haces al caer! –decía la brizna malhumorada- ¡No hay manera de descansar así!
-¡cállate criatura vil! –respondió la hoja! No puedes comprender la música que traigo desde las alturas porque jamás has volado y no eres mas que un rastrero habitante del suelo.
La brizna avergonzada, guardo silencio mientras la hoja, empujada por la brisa, planeaba hasta caer suavemente al suelo, donde se quedó dormida.
Paso el tiempo y llego de nuevo la primavera.
En el prado florecido lo que antes había sido hoja, despertó germinada y convertida en una brizna de hierba.
Meses después, el ciclo comenzó otra vez y llego el otoño, con lo que las hojas empezaron a caer de los árboles de nuevo.
La reciente brizna de hierba, olvidando por completo su origen y su pasado, se quejó:-¡Es realmente terrible el ruido que hacen estas hojas al caer!-
K. Gibrán
Locus serenitatis 