Cuando Juan ababa de morir, se encontró en un paraje precioso, rodeado de comodidades, de belleza y de todo con lo que siempre había soñado.
Una persona vestida de blanco se le acercó y le dijo: -tiene derecho a disfrutar de todo lo que desee.
Juan estaba encantando, disfrutó de todo lo que había deseado en vida.
Después de disfrutar varios años de bienestar y placer, llamó al hombre vestido de blanco y le dijo:
-Ya he disfrutado de todo, he probado todo, pero necesito trabajar y sentirme útil.
-Eso es lo único que yo no puedo hacer- le dijo el hombre vestido de blanco.
-¡Pero si me muero de aburrimiento!,
¡Prefiero vivir en el infierno!
El hombre vestido de blanco le dijo:
¿Y dónde piensa Vd. que se encuentra?
Las cuatro fuerzas de J. A. Jones