El ejercicio de hoy sirve para alimentar nuestro corazón y nuestra mente de optimismo, de esta forma intentaremos desterrar el pesimismo que daña nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás.
Como siempre buscamos el ponernos cómodas, y empezamos a inspirar, nos paramos y a continuación expiramos. En la expiración soltamos, dejamos que nuestro cuerpo se vaya serenando, bajamos cada vez más, soltamos y soltamos hasta que nos encontremos en un estado de quietud, de paz, de serenidad, de serenidad total. No pienses sólo déjate llevar…
Vamos a intentar visualizar esos momentos en los que estamos optimistas, esos momentos de felicidad en pareja, en familia, momentos buenos y alegres. Déjate invadir por la imagen que en estos momentos estas viendo, ¿qué sientes? ¿Cómo es la imagen que visualizas?
Ahora trata de visualizar el optimismo a través de: la naturaleza, el amor, la felicidad, el humor, un momento donde te hayas sentido realmente optimista. Déjate llenar del optimismo que estas visualizando. Siente como va recorriendo tu cuerpo, lo va optimizando.
Piensa cuantas veces dejas que te invada el pesimismo y cuanta el optimismo.
Ahora repite mentalmente soy optimista, me siento optimista. Vivo el optimismo a pesar de las adversidades. Si hay algo negativo, trato de buscar lo positivo. Me gusta sentirme optimista, me siento mejor.
Ten la certeza de que eres una persona optimista.
Intenta contagiar optimismo a otras personas a las que tú quieras, esposo, hijos, amigo, vecino…
Cada momento de optimismo que vivas, estarás recargándote de energía positiva, de energía vivificante, estas sembrando salud.
Sigue el tiempo que creas necesario en este estado de consciencia optimista, cuando desees acabar con el ejercicio, vuelve al ritmo de la respiración y poco apoco vuelves al grupo. Pero ahora serás una persona con más optimismo. Más saludable.