El tren de la vida

Nuestra vida es como un viaje en tren. Está llena de aventuras, de felicidad y de pequeños o grandes problemas.

Salimos de la primera estación al nacer, viajaremos acompañados por nuestros padres que harán gran parte del camino con nosotros, tratarán de que no encontremos muchos escollos en el camino y sí mucha felicidad y amor. Por fin, un día, bajarán en alguna estación y nos dejarán solos.

Nosotros continuaremos viajando, en las distintas estaciones donde parará el tren nos iremos encontrando con nuestros hermano/as, amigos, novia/os, hijo/as y con personas que quizás no volvamos a ver nunca más.

Algunas de estas personas dejarán en nosotros un recuerdo que jamás olvidaremos, otras pasarán sin más. Para algunos, el viaje habrá terminado.

Los que seguimos viajando, no sabremos a ciencia cierta cuando será la llegada, el final; por ello deberíamos disfrutar del viaje, compartir nuestras vivencias, ser felices y aportar felicidad a los demás.

En nuestro recorrido nunca sabremos quién subirá, quién bajará. Tampoco cuando nos tocará bajar a nosotros.

El tren representa la vida, nuestra vida, por eso es bueno estar preparados para bajar, porque en el momento más inesperado podemos llegar a nuestro destino: la última estación, la definitiva.

Feliz viaje