Este ejercicio tenemos que hacerlo caminando por la orilla de la playa, sintiendo el agua y la arena en nuestros pies, es un ejercicio buenísimo que parte de producir bienestar y relajarnos, mejora nuestra circulación sanguínea, ayuda a cicatrizar heridas y úlceras, fortalece nuestra musculatura de pies y piernas. También es muy bueno para las personas con pies planos, varices y piernas hinchadas. Es un ejercicio muy bueno para las personas que padecen depresión o ansiedad.
Para comenzar, lo primero que debemos hacer es aislarnos de los ruidos exteriores, sólo debemos percibir el ruido del mar, el vaivén del oleaje.
Nos centramos en una respiración tranquila, siempre inspirando y espirando por la nariz, tomando conciencia del aire puro y limpio que entra en nuestros pulmones.
Caminando por la orilla nos llenamos de energía, nos sentiremos más activ@s, alegres y felices.
Cuando lleves un rato caminando quizás te apetezca exteriorizar el bienestar que sientes y la alegría, no te cortés, si te apetece jugar, reír, cantar, saltar, hazlo, quizás te apetezca correr con los brazos en cruz o agitándolos como si fueras un pájaro, recuerda cuando eras pequeñ@, el aire acaricia tu cuerpo y tu cara.
Cuando te sientas cansad@ es el momento para que te sientes cerca de la orilla, mires el horizonte, fíjate en la unión del cielo y el mar, ahora cierra tus ojos y deja que tu cuerpo se relaje, también tu mente.
Permanece en este estado el tiempo que desees, cuando lo creas necesario, mueve las manos, los pies, abres poco a poco los ojos, bebes un sorbo de agua y vuelves a tu actividad pero sin prisas.
La mejor hora para este ejercicio es por la mañana, por ej. de 9,00h a 11,00h y por la tarde a partir de las 18,30h, eso sí con protección solar o algún otro tipo de protección.