Amar. Amar sin medida y sin condiciones. Es la única regla que se nos impone para ser buenos cristianos, para ser buenas personas que sostienen sin miedo su fe.
Podría haber optado Jesús por ponernos condiciones más estrictas, normativas, leyes, para decir ¡Soy cristiano! Pero él sólo nos dice ¡Amad! A Dios y al prójimo porque si amamos está casi todo el trabajo está hecho. Con el amor, la justicia, la paz,… Todos los dones del mundo están casi realizados, porque el amor es lo más difícil. Amar sin medida es casi tan divino que ningún ser humano sabe hacerlo bien, o casi ninguno, no podemos olvidar casos como el de Teresa de Calcuta o Vicente Ferrer.
Amar, además, es algo que se ha desvirtuado a través de la historia, el concepto de amor ha perdido fuerza y relevancia, ha perdido sentido.
Se nos ha olvidado que el amor es algo que un padre da a un hijo, que un nieto da a su abuelo, algo que los amigos sinceros comparten, un regalo de las madres que dan vida sin dudar que es el mayor acto de amor; como Dios no dudó en crear el universo y crear al ser humano por amor y con amor…
Tal como nosotros deberíamos hacer las cosas por amor y con amor…
¡Feliz semana!
Sofista